Juan y María: hermanos «fuertes, capaces y valientes»
Queridos Juan y María: Alguna vez pensamos que un día contaríamos vuestra historia, pero no que os la escribiríamos a vosotros. Sin embargo, ya tenéis edad suficiente para entenderla.
Han transcurrido más de 10 años y no sabemos si la espera habrá merecido la pena, pero haciéndolo hemos podido, al menos, recordar aquellos días que no fueron los más alegres ni los más felices; pero, sin duda, sí los más intensos de nuestras vidas. Y puede que vuestras experiencias y la manera en que vivisteis las situaciones que se os fueron presentando, ayude a otras personas en similares circunstancias.
Vuestra historia no tiene nada de extraordinaria. Al contrario, es bastante común: en España, 10 niños nacen cada día con una cardiopatía.
María, sabes que naciste con una comunicación interventricular, una CIV, y presentabas un orificio en la pared del corazón que separaba los ventrículos derecho e izquierdo. Con dos meses de vida fuiste intervenida en Madrid, en el Hospital Ramón y Cajal.
Durante el ingreso existieron algunas complicaciones que hicieron que fuera más largo de lo esperado. Al final, estuvimos 44 días con sus respectivas noches. La recuperación, durante el año y medio siguiente, fue muy lenta y trabajosa. Por poner un ejemplo, vomitabas en cada comida y así, lejos de ganar peso, lo ibas perdiendo…
Poco a poco fuiste superando todos los obstáculos y las dificultades que surgían y, a día de hoy, las revisiones periódicas confirman que las cosas van bien.
Juan, tú tenías poco más de un año cuando María nació. Además de los naturales celos por ser el rey de la casa destronado por tu hermana pequeña, sufriste nuestro abandono durante esos 44 días que fueron como un injusto castigo: una orden de alejamiento de 400 kilómetros (la distancia entre Badajoz y Madrid).
No entendías nada y solo sabías que tus padres se fueron y no volvieron más. Luego, cuando todos estuvimos en casa, padeciste el primer año y medio de la recuperación de María, en el que se te relegó a mero espectador y, al mismo tiempo, se te exigía más de lo que te correspondía por edad, olvidando que no eras más que un niño de apenas 2 años.
Ahora, pueden verse vuestras personalidades luchadoras y estamos convencidos de que estáis en el camino de forjaros un carácter sólido, de vivir con el coraje necesario y hacer lo que queráis hacer porque estará bien y lo haréis bien. Como ese mantra que os insistimos que repitáis: “somos fuertes, capaces y valientes”. Así sois y así seguiréis siendo si os lo proponéis con alegría y energía. ¿Que deseáis ser creador de videojuegos y profesora? ¡Lo conseguiréis! ¡O cualquier cosa! Construiréis una vida de la que podréis sentiros orgullosos. Esta es vuestra historia, sin entrar en detalles, la que os ha hecho únicos y maravillosos. Os queremos.
Gracias por hacernos más fácil el camino:
- A la familia y especialmente a vuestros abuelos, Marisa y Mariano y tía Esther, que tanto os dieron mientras estuvieron con vosotros.
- A los servicios de Salud, el extremeño y el madrileño, y a sus profesionales que trataron y tratan a María para seguir confirmando la buena salud. Debéis saber que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, si no el mejor: de calidad, universal, solidario, etc.
- Y, en fin, a Menudos Corazones que nos facilitó nuestra estancia en Madrid y consiguió que un problema como supone un desplazamiento de más de 400 kilómetros durante 44 días desapareciera desde el primer momento; y todo ello sin pedir nunca nada a cambio.
Muchas gracias a todos.
Nieves y Mariano
Invierno, 2020
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