Candela está hecha ‘de otra pasta’
Pilar se pone en la piel de su hija Candela para relatar la historia llena de ternura y gratitud de esta ‘menuda’.
¡Hola! Me llamo Candela y tengo 20 meses.
Cuando mi mamá estaba embarazada de 20 semanas, los doctores vieron que mi corazón era especial… Tengo coartación de aorta y estenosis mitral. Mis papás se asustaron mucho, pero desde ese mismo momento estuvieron muy arropados por los médicos.
Decidí nacer el día 29 de julio de 2019 en el Hospital La Paz en Madrid. Mi mamá dice que cuando me vio, pensó: “Es igual que Teresa”. Ella es mi hermana mayor. Enseguida me llevaron para examinarme y ver qué tal me encontraba… Y, bueno, descubrieron que también tenía atresia de esófago, una condición que me hizo entrar en quirófano por primera vez, incluso antes que por mi cardiopatía.
Esta intervención sucedió al día siguiente de nacer. Todo salió muy bien y, gracias a unas manos maravillosas, ¡hoy como hasta pizza! Me recuperé fenomenal. El día 8 de agosto de 2019 me operaron del corazón. Ese día es mi segundo cumpleaños. Las manos de los doctores Juvenal Rey y Ángel Aroca arreglaron mi pequeño corazón, con mi coartación de aorta y mi estenosis mitral.
La operación fue larga, ¡pero lo bueno se hace esperar! Cuando se abrió la puerta del quirófano, el doctor Juvenal dijo: “Nos ha costado arrancar, pero ha ido bien”. Después de ese momento, superé las primeras 12 y 24 horas. Fueron pasando los primeros días; poco a poco, pero fueron pasando. Los días se convirtieron en semanas… ¡Y fui despertando y empecé a dar guerra!
A raíz de esta intervención, me surgieron un par de problemillas más: parálisis de la cuerda vocal izquierda y una ventriculomegalia. Pero no os preocupéis mucho, porque la cuerda la he recuperado sola y lo otro no me da ningún problema.
A día de hoy, como de todo, ando fenomenal, me estoy estrenando en subir y bajar escaleras, juego, aprendo, me río, veo dibujos, pinto, estoy empezando hablar… ¡y muchísimas cosas más!
Es verdad que esto de la pandemia hace que nos tengamos que cuidar más, pero todo pasará y nosotros, los guerreros de corazón especial, seremos más fuertes. ¿Sabes por qué? Porque estamos hechos de otra pasta.
‘Solo puedo estar agradecida’
A mis 20 meses solo puedo estar agradecida a los médicos de todas ‘mis especialidades’, esas “manos de Dios” que arreglaron mi corazón y mi esófago. A las enfermeras y los enfermeros que me cuidaron, a todas y todos los auxiliares que me atendieron, a cada celador que me llevaba por los pasillos del hospital, a las personas que mantuvieron limpio cada rincón de la UCI neonatal, boxes o habitaciones… GRACIAS.
Gracias a Menudos Corazones, el camino está más despejado de piedras. Nos dan su mano al caminar y son ese soplo de aire puro para los niños de corazones guerreros.
Gracias a papá, a mamá y a Teresa, mi hermana. Gracias a todas esas personas que están día a día con nosotros; las que nos hacen la vida más fácil y están siempre de nuestra mano.
Pilar
Abril de 2021
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