Preparándote para la cirugía
Muchos niños con cardiopatías congénitas necesitarán intervención quirúrgica a lo largo de su vida, tanto para su tratamiento paliativo como definitivo. Este es uno de los momentos más estresantes para los padres y, por supuesto, para los propios niños. Para afrontar este proceso en las mejores condiciones, debes prepararte física y mentalmente, han de prepararse tanto los padres como los hijos.
Cómo preparar al niño en edad preescolar
Normalmente, los niños en edad preescolar son difíciles de preparar para una hospitalización. Temen sufrir lesiones o mutilaciones corporales. A menudo tienen miedo a la oscuridad y a estar solos. Los niños en edad preescolar toman literalmente cada palabra, y la relacionan con las cosas que les son más conocidas. Por ejemplo, si al explicar una cirugía se utiliza la palabra cortar, el niño puede pensar en unas tijeras o un cuchillo cortando algo. En lugar de esto, es mejor decirle que el doctor le va a arreglar el corazón. Si tu hijo tiene más preguntas sobre la hospitalización, pide al personal del hospital que te ayude a responderlas.
Por lo general, los niños en edad preescolar tienen una gran imaginación. Tú puedes utilizar la imaginación de tu hijo a su favor cuando lo prepares para la estancia en el hospital. Recuerda que esta preparación debes hacerla de dos a cuatro días antes del ingreso. Para preparar a tu niño puedes utilizar dibujos, juegos o muñecos. Al margen de lo que utilices, asegúrate de hacerlo «en positivo» y de explicarle que no ha hecho nada malo para causar la intervención. El niño no deberá ver nunca las hospitalizaciones como un castigo.
Una vez en el hospital, trata de reforzar lo hecho en casa para prepararlo. No asumas que tu hijo recuerda lo dibujado o jugado. El temor y la ansiedad a menudo ocasionan que el niño en edad preescolar olvide lo que se hizo en casa para prepararlo para el hospital.
Probablemente una de las cosas mas importantes que hay que recordar al preparar al niño para su hospitalización es que se le debe decir siempre la verdad. Los niños recuerdan si se les dice Esto no va a doler o No vas a tener que pasar la noche en el hospital. Es mejor decirle Es posible que te duela, pero te vamos a dar algo para el dolor, o Vas a tener que pasar la noche, pero yo me quedaré contigo. Si no le dices la verdad, tendrás problemas para que tu hijo vuelva a creerte y a tener confianza en ti la próxima vez.
No relaciones los juicios sobre el comportamiento de tu hijo con sus hospitalizaciones. Por ejemplo, evita decirle Eres muy buen niño por haberte quedado quieto, en lugar de esto dile: Qué bien que te quedaste quieto con la enfermera.
Después de una estancia en el hospital, es importante que tu hija o tu hijo verbalice o exprese por medio de juegos sus sentimientos sobre sus vivencias en el hospital. Los niños pequeños a menudo van a casa y fingen seguir en el hospital. Este comportamiento les ayuda a entender y a integrar su experiencia del hospital, así como a aliviar algunos de sus temores. Ahora están en casa, en un ambiente seguro, y a menudo se sienten mejor al expresarse.
Cómo preparar al niño en edad escolar
Los niños en edad escolar tienen algunos de los temores de los niños pequeños y de edad preescolar. Además de esto, aproximadamente a la edad de 7 años, suelen adquirir el concepto de la muerte como algo permanente. Su concepto del tiempo es emergente, lo que les lleva a comprender la finalidad de la muerte. Sus experiencias con la muerte en la familia o en la comunidad, o lo que ven en la televisión, les ayudan a formular su propio concepto de la muerte. Es también a esta edad cuando se dan cuenta de que sus padres no tienen poder para prevenir la muerte. Los niños de esta edad a menudo necesitan una aclaración de las causas de la muerte, y necesitan la seguridad de saber que es muy poco probable que vayan a morir pronto.
Es posible que los niños en edad escolar no quieran hacer preguntas y que acepten no saber algo. Por eso mismo, es necesario que se les explique en qué va a consistir su próxima hospitalización y qué procedimientos se van a seguir, y que después se les pida a ellos que cuenten lo que han entendido. A los niños de 7 años de edad o más se les debe hablar de su hospitalización por lo menos con una semana de antelación, y se les debe permitir que procesen la información que se les ha dado y que hagan preguntas. Los niños de esta edad aprenden bien con ejemplos concretos y prácticos. A menudo les gusta ver y tocar el equipo que será utilizado, así como ver fotografías o utilizar muñecos para representar lo que sucederá en el hospital. En algunos hospitales permiten que los niños visiten las instalaciones para que vean y toquen el equipo que se utilizará, así como para responder a sus preguntas. Los profesionales de enfermería que tratan a los niños todos los días son quienes normalmente acompañan a las familias en estas visitas, y pueden ser un recurso maravilloso para los padres y los familiares.
Es importante recordar que el desarrollo psicosocial y de aprendizaje del niño no siempre se ajusta a su edad cronológica. Su desarrollo puede ser diferente en una o en ambas áreas. Los niños con enfermedades crónicas, en concreto, tienen un mayor riesgo de experimentar un desarrollo más lento, por lo cual es posible que deba ajustarse su preparación prehospitalaria de acuerdo a sus necesidades reales. Asegúrate de que se haga la preparación hospitalaria de tal manera que entienda lo que se le está explicando.
Cómo preparar al adolescente
La adolescencia es una etapa de cambios para chicos y chicas. Sus cuerpos están cambiando y madurando. Están buscando su independencia y participan mucho con grupos de chavales de su edad. El comportamiento de los adolescentes a menudo es inconstante e impredecible. Es normal que tengan cambios bruscos de humor, que en ocasiones se depriman o que exhiban comportamientos ligeramente antisociales. Una hospitalización en esta etapa de su vida puede ser muy estresante para todos.
Nunca deberá asumirse que un adolescente entiende lo que va a suceder durante una hospitalización, ni siquiera en aquellos casos en los que ya haya estado ingresado con anterioridad. Las explicaciones son muy importantes. Incluye a tu hijo en las reuniones con el personal médico y de enfermería, para que pueda participar activamente en sus propios cuidados, y entender qué está pasando. Para el adolescente es muy importante el control, así es que se le debe incluir en las conversaciones sobre cirugías o procedimientos. Anímale a hacer preguntas y a familiarizarse con sus tratamientos, medicamentos y terapias, así como con el proceso de su enfermedad. Estos conocimientos le ayudarán a sentirse en control. El reconocimiento de las frustraciones y los temores que le genera la estancia en el hospital le ayudará a asimilar muchas de sus emociones.
A menudo los adolescentes son muy conscientes de su apariencia y de su imagen corporal. Asegúrate de que se hagan todos los esfuerzos posibles para mantener su privacidad mientras se encuentre en el hospital. Es posible que no quiera tener contacto con sus amigos hasta volver a casa. Pero, si realmente desea visitas de sus amigos, permítele tener tiempo de visita a solas con ellos, con intimidad. Esto le ayudará a asimilar mejor su estancia en el hospital.
Cómo prepararte tú
Tener un hijo o una hija en el hospital es una experiencia muy dura para toda la familia. Tanto si has tenido tiempo para prepararte para la hospitalización, como si no, es importante que te cuides durante este período tan estresante. Acepta toda la ayuda que te ofrezcan, tanto para ti como para tu familia. Es importante comer y descansar con regularidad. Alterna las noches de estancia en el hospital con otros miembros de tu familia para poder salir del hospital por períodos de tiempo razonables. Necesitas prepararte para cuando tu hijo regrese a casa, que será cuando más te necesite. A un padre exhausto y estresado le resulta más difícil dar apoyo a su hijo hospitalizado.
Cuando tengas dudas sobre tu hijo, pregunta. Escribe tus preguntas e incluso las respuestas que recibas si crees que esto puede ayudarte. Asegúrate de que entiendes para qué son todas las pruebas y los procedimientos, y averigua los resultados. Pregunta qué medicamentos le están dando y qué terapias le están siendo aplicadas. Es importante que estés lo mas familiarizado posible con los cuidados de tu hijo antes de que le den el alta. Tú eres la personas mejor para representar a tu hijo, y es importante que tengas toda la información. Si no entiendes algo, pide que te lo expliquen otra vez, hasta que te sientas satisfecho con la respuesta.
Te ayudamos a distraerte y a conocer más información sobre lo que irás viviendo durante la hospitalización