Técnicas de diagnóstico prenatal

En los últimos años, la atención al recién nacido con una cardiopatía ha mejorado enormemente. Uno de los factores que ha contribuido a esta mejora ha sido el de los avances que se han producido en las técnicas de diagnóstico. A continuación te comentamos brevemente en qué consisten las principales técnicas utilizadas para el diagnóstico de las cardiopatías congénitas.

Ecocardiografía fetal

Esta técnica permite anticipar antes del nacimiento si el bebé presenta una cardiopatía, siendo inocua tanto para la madre como para el feto. Para ello se realiza una exploración del corazón del feto a través del abdomen de la madre o de manera transvaginal (a partir del final del primer trimestre e inicio del segundo).
No obstante, esta técnica tiene sus limitaciones y en ningún caso puede sustituir ni compararse con las posibilidades diagnósticas posibles tras el nacimiento.

Cateterismo cardiaco

Esta es una prueba compleja, pero bastante habitual, que requiere el ingreso del paciente durante tres días para su realización y completa recuperación.
El cateterismo consiste en un finísimo tubo con una cámara en la punta que se introduce en una vena o arteria (normalmente en la zona inguinal o en los brazos) hasta llegar al corazón. El catéter se desplaza con el flujo sanguíneo a través de los vasos y las distintas cámaras del corazón, lo cual permite medir su presión y a la vez, extraer muestras de sangre. El resultado es que se puede ver si existen orificios significativos entre las diversas partes del sistema, y qué cámaras están desempeñando su labor de forma anormal.
En algunos tipos de cardiopatías, estas pruebas permiten corregir el problema, evitando la intervención quirúrgica (cateterismo terapéutico).

Angiografía

La angiografía es una técnica de rayos X en la que, a través de un cateterismo, se inyecta un tinte o contraste en las cámaras cardiacas o en las arterias coronarias conectadas al corazón. Esta prueba permite medir la presión y el flujo sanguíneos presentes en dichas cámaras y revela cualquier posible obstrucción de las arterias coronarias.

Ecocardiograma

Esta técnica indolora ayuda a valorar la estructura y la función del corazón en movimiento a través de ultrasonidos. Se coloca un pequeño dispositivo en el pecho, llamado sonda, que genera longitudes de onda de alta frecuencia. El haz de sonido retorna a través de la sonda, se visualiza y registra en un ordenador. Así, las estructuras del corazón y los vasos sanguíneos pueden verse y grabarse. La prueba puede durar entre quince o sesenta minutos, dependiendo de la complejidad.
Dentro de los ecocardiogramas, existen diferentes tipos, entre los que destaca el ecocardiograma doppler. En esta prueba se amplifica el sonido de flujo sanguíneo y es muy útil para valorar estrechamientos en venas y arterias.

Electrocardiograma

Se trata de uno de los exámenes que más se utilizan para diagnosticar, y proporciona información sobre el ritmo del corazón y la actividad eléctrica del mismo. Mediante esta técnica se obtiene una impresión de la energía eléctrica que circula a través del corazón. Los electrocardiogramas son totalmente seguros y no duelen. Cuando el paciente es un niño, el padre o la madre pueden permanecer a su lado durante todo el examen.
Dentro de la técnica del electrocardiograma, existe un dispositivo que permite registrar la actividad eléctrica del corazón durante 24 horas consecutivas, se conoce como electrocardiograma de 24 horas o Holter. Consiste en un pequeño dispositivo con cables aplicados a la piel del tórax que registra los impulsos eléctricos del paciente durante el transcurso de un día normal. Este tipo de exploración se usa cuando niños o adultos experimentan síntomas de desmayo, mareo o irregularidades en su ritmo cardíaco.

Estudios electrofisiológicos

En ocasiones, se requieren unas exploraciones más detalladas de aquellos niños o adultos que sufren repetidamente problemas relacionados con el pulso y el ritmo, es decir, arritmias. Esto supone la aplicación de varios pequeños catéteres en diversas partes de la circulación y el registro de la actividad eléctrica del interior del corazón. Además, las diferentes partes del corazón pueden ser estimuladas, por medio de estos catéteres, para valorar cualquier anormalidad eléctrica. Al igual que con las pruebas de cateterismo, estas implican un ingreso en el hospital durante varios días.

Ingesta de bario

Esta prueba se utiliza para valorar si existe algún estrechamiento en el esófago o en la tráquea causado por un vaso sanguíneo irregular. Cuando el paciente es un niño, mientras toma leche con una pequeña proporción de bario, se puede observar su esófago en un monitor, a la vez que pueden aplicarse rayos X.

Medición de hemoglobina

La hemoglobina es el componente de los glóbulos rojos responsable de transportar el oxígeno y el dióxido de carbono por el cuerpo. La cantidad presente puede determinarse con facilidad por medio de un simple análisis de sangre. Resulta de utilidad comprobar sus niveles con regularidad a fin de asegurarse de que el nivel es el correcto —ni muy bajo ni muy alto— para la condición del pequeño.

En niños propensos a ponerse de color morado, el nivel de hemoglobina viene a ser algo más alto de lo normal, lo cual constituye una ventaja. No obstante, no debería permitirse que el nivel alcanzara cotas altas ya que, entonces, la sangre se espesa, provocando una marcha lenta de su flujo. Cuando esto ocurre, es posible que se le aconseje algún tipo de intervención incluso si el niño se encuentra bien en otros aspectos. Si la operación no es posible, se procederá entonces a extraer un porcentaje de la sangre para ser reemplazada por una solución salina que la diluirá (sangrías).

Rayos X del pecho

Una exploración de rayos X aplicados en el pecho muestra el tamaño y la localización del corazón, además de proporcionar una valoración del flujo de sangre en los pulmones. Muestra, incluso, qué parte del corazón tiene un tamaño desproporcionado. Por medio de la combinación del electrocardiograma y los rayos X, se consigue un diagnóstico muy preciso.

Resonancia magnética

Esta técnica indolora permite ver el interior del cuerpo sin necesidad de realizar una intervención quirúrgica ni emplear radiación. La resonancia magnética obtiene una imagen detallada del corazón, incluidas las cavidades y las válvulas; a la vez que mide el flujo sanguíneo con precisión.
Para ello, el paciente debe permanecer tumbado en una camilla (a veces bajo anestesia) que se introducirá en un escáner cilíndrico cerrado. Durante un periodo de 30 a 60 minutos,  se someterá a un campo magnético intenso que excitará los átomos de su cuerpo produciendo una pequeña señal de radio. La máquina recogerá dicha emisión y la transformará en una imagen de sus órganos que se visualiza en una pantalla.

Scanner de radioisótopos

Para valorar la actividad del músculo cardiaco o la cantidad extra de sangre que fluye a los pulmones de los niños o los adultos que tienen orificios entre las dos partes de la circulación, puede inyectarse una pequeña dosis de algún isótopo. Dicho procedimiento es posible efectuarlo en calidad de paciente externo precisando tan solo una pequeña inyección y una sesión de rayos X mientras que el paciente permanece tumbado en una camilla.

Valoración de la saturación de oxígeno (SaO2)